referencia
�� NOSFER: aparato patrón para la determinación del equivalente de referencia
(CCITT)
El acceso a la ‘red de redes’ conlleva una serie de conocimientos básicos sobre las verdaderas necesidades que se tienen y su combinación con el capital económico que se quiere invertir. Una vez elegida la compañía, y siempre que se trate de sistemas que no usan la fibra digital, se tiene que pensar si se necesita un módem o un router.
La razón es que los accesos a través de fibra vienen condicionados por el proveedor y no permiten que el usuario determine si prefiere módem o router.
Esto que a muchos les parecerá algo abstracto no lo es en absoluto y condicionará la conexión a Internet en muchos de los casos. El motivo es que se trata de dos accesos diferentes radicalmente tanto por el usuario al que se dirigen como por el uso que se les va a dar.
O lo que es lo mismo, los usuarios menos conocedores de Internet no suelen usar un router porque les es más fácil trabajar con un módem, y los más entusiastas no conciben una conexión sin contar con un router.
El más tradicional viene a ser el módem, aparato que es quizás además el más popular entre los usuarios. Este sistema ha pasado de conectarse a 33.600 kbytes por segundo a los 56.000 kbytes y, actualmente, a dotar a las líneas de accesos de 128 kbytes por segundo, 256, 512 o incluso 2 megas por segundo (aunque esta última está sobre todo destinada a profesionales y/o empresas que necesitan esta alta velocidad).
Cuando se solicitan las denominadas líneas ADSL Plus, Estandar… se tienden a proporcionar al usuario con estos aparatos cuando, a lo mejor, no es la mejor opción.
Esto plantea la duda de ¿Qué tiene ese aparato llamado router que no tiene el módem? En principio suelen ser más caros los router por su avanzada tecnología.
Sin embargo, permiten (por el mismo precio de pagar una conexión ADSL) conectar varios ordenadores entre sí (cuatro, ocho, doce…) de manera que en una misma habitación o vivienda se pueda contar con acceso a la red de redes sin que baje la velocidad de acceso nunca.
De la misma manera, se restringe mucho más el acceso malintencionado de otras personas a nuestro equipo, aunque lógicamente se debe contar con un sistema de protección añadido (firewall y/o antivirus actualizado).
Ahora mismo algún proveedor de acceso a Internet tiende a regalar al cliente el router de acceso a un precio equiparable a lo que sería la conexión a través de módem (en lo que a precio se refiere). Sin embargo, también es cierto que se requieren mayores conocimientos de informática para contar con un router que con el tradicional módem USB.
Otro punto importante antes de pensar qué compañía va a ser la elegida es verificar si existe la posibilidad de contar con acceso wireless. Esto que puede sonar a chino para algunos, viene a significar el acceso a la ‘red de redes’ mediante ondas y no necesariamente tener que contar con el entramado de cables que se suelen tener.
Así, si contamos con una tarjeta inalámbrica en el ordenador y/o portátil se podrá acceder desde cualquier parte de la habitación (pensemos en estar en un sofá trabajando) y no necesariamente encontrarnos delante del ordenador.
Es cierto también que esta tecnología suele encarecer alrededor de 60 euros el dinero que se deberá desembolsar para acceder a Internet. Sin embargo, se trata de un servicio de máxima utilidad sobre todo porque no se paga más que una vez y la tarjeta servirá para cualquier utilidad posterior.